El planeta Neptuno simboliza una fuerza que está enteramente más allá de nuestro control, pues está más allá de los lindes de la razón o de algo comprensible para la mente lógica. El único modo en que Neptuno puede entenderse verdaderamente en su esencia es someterse a él; pues, por definición y función, está más allá de las fronteras. Sólo cuando nos fundimos con él -o sea, cuando nos volvemos sin fronteras- podremos conocerle. De allí que Neptuno se asocie con la mística, el misterio, un sentido de unidad, desarrollo espiritual e inspiración. También se dice que representa informalidad, ilusión, disolución, imaginación e idealismo. Para mí, el modo más útil de describir el significado esencial de Neptuno es decir que representa el deseo de perdemos en otro estado de consciencia (ya sea una consciencia "superior" o "inferior") y el deseo de escapar de toda limitación, tanto de las limitaciones de la existencia material y de su tedio como de las limitaciones de la personalidad y del ego. Naturalmente, podemos tratar de escapar a través de actividades autodestructivas o personalmente constructivas. Una persona neptuniana puede ser evasiva o escapista, o puede ser muy perceptiva de sutilezas y extremadamente compasiva (¡O una mezcla de ambas!). La experiencia de la "influencia" de Neptuno por parte de un individuo, simbolizada por las configuraciones natales, la posición de casas, y los tránsitos, se caracteriza a menudo por una sensación de confusión, de inseguridad, "de estar en el aire", y "en el espacio". Al menos es por esto que a menudo se percibe cuando el individuo está suficientemente "apoyado" como para poder mantener su equilibrio psíquico. Esta confusión resulta en parte de la actitud común que exige que toda nueva experiencia "encaje" prolijamente en nuestras categorías mentales preconcebidas. Sin embargo, no podremos lograr siempre poner fronteras a Neptuno. Lo que no tiene fronteras ni formas por su naturaleza misma, ¿cómo podrá ser introducido en nuestros limitados conceptos y estructuras vitales? En otras palabras, la confusión o el sentimiento de "estar vagando en el espacio" que tan a menudo se experimenta en relación con Neptuno se desarrolla principalmente cuando resistimos la desintegración y la disolución inevitables de alguna pauta de nuestra vida o de algún aspecto de nuestra personalidad. Este lado negativo de la manifestación de Neptuno es también mucho más patente, como ya se mencionó, cuando no estamos afirmados en el mundo- material. Podríamos decir que, a no ser que nos pongamos de acuerdo con las presiones, realidades y obligaciones de Saturno, no estamos suficientemente apoyados como para manejar lo intenso y lo destructivo de algún planeta traris-saturnino. En otras palabras, tenemos que recibir las intuiciones y la libertad de Urano y la inspiración y el idealismo de Neptuno y hacer/os reales bajando ese conocimiento a la tierra, poniendo a prueba esas lejanas inclinaciones, e incorporándolas a nuestra vida cotidiana. El fracaso en trabajar en esta integración interiormente con gran honradez y diligencia provocará a menudo una tremenda sensación de descontento o, en algunos casos, trastornos psicológicos que, a su tiempo, llevarán a una desintegración en gran escala de 'la personalidad. Un ejemplo excelente de la necesidad de que tengamos los pies plantados seguramente en la realidad práctica como un equilibrio complementario durante cualquier trabajo espiritual o psíquico se encuentra en la autobiografía de C.G. Jung, Recuerdos, Sueños, Reflexiones. En ese libro, Jung escribe cómo, cuando estaba experimentando la fase más intensa de su "confrontación con el inconsciente" -época durante la cual él se estaba encontrando y comunicando con numerosas figuras y seres arquetípicos- lo único que le llevó a través de esta transformación total en su consciencia fue el hecho de que siempre podía mirar hacia atrás y ver que tenía en el mundo un lugar seguro, junto con específicos deberes profesionales y familiares. Sin esa ancla sólida que le fijaba a la tierra, creía que fácilmente podría haber sido zarandeado y devastado psíquicamente como un barquito está totalmente desvalido en una tormenta en el océano. Podemos ver cuán posible y destructiva podrá ser tal devastación presenciando los resultados de los experimentos de muchas personas con drogas psicodélicas, que artificialmente obligaban a abrir los canales psíquicos a las intensas vibraciones que los trans-saturninos representan. Muchas de estas personas experimentaron realidades espirituales y psíquicas que cambiaron profundamente sus vidas; pero, en su mayoría por ser tan jóvenes y, por tanto, sin una base sólida en el mundo de las realidades prácticas y los deberes, tuvieron gran dificultad para integrar estas intuiciones profundas a sus personalidades todavía no formadas. La lucha para integrar tales vislumbres de realidades superiores en la estructura de la personalidad en desarrollo necesitaban una marcada transformación de la consciencia y del estilo de vida, que en muchos casos resultó ser, en última instancia, fructífera y creativa.' Pero llegar a la otra orilla, luego de ser zarandeado por las aguas del inconsciente colectivo, no fue una tarea fácil; y casi todos los que experimentaron extensamente con estas drogas pueden hablar de otros que saben que nunca llegaron al otro lado y que, tras muchos años de esfuerzo, todavía tratan de hallar algo estable que aferrar para apoyarse. En cualquier mapa natal, el factor simbolizado por un planeta en estrecho aspecto con Neptuno está muy sensibilizado y depurado. Esta sensibilidad se manifiesta a menudo como una susceptibilidad a la ilusión, al autdengaño, a la confusión, o incluso a la desintegración en esa dimensión de la vida; pues Neptuno inclina a la persona hacia un conocimiento irrealista o a una fantasía acerca del ámbito particular de la vida. Pero estos mismos problemas pueden llevar al individuo a una búsqueda fructífera de una solución. Durante esta búsqueda de respuestas, cuando la persona llega a saber que, de hecho, está aprendiendo acerca de una realidad superior mediante la experiencia de la desilusión, un aspecto de Neptuno puede indicar entonces una idealización práctica y positiva, y, realmente, una espiritualización del factor indicado. La significación de Neptuno en nuestra búsqueda espiritual la explicamos más en el Capítulo VI; pero, puesto que es raro que se la entienda adecuadamente y se la explique con claridad en los textos astrológicos, deben mencionarse aquí un par de cosas. Hemos dicho que Neptuno disuelve las viejas y muy ordenadas pautas de la consciencia. Así, tomamos consciencia de las limitaciones de nuestras percepciones habituales y del hecho de que existe algo mayor y más vasto que lo que habíamos presumido. Esta intervención en nuestras vidas de un "algo" más unificado (por insustancial que sea) algunas personas la reciben como un profundo misterio espiritual o como un acto de "gracia". Personalmente, descubrí que Neptuno está en conjunción, cuadratura u oposición (los llamados aspectos "malos") con los planetas personales o con el Ascendente en el mapa de todo individuo que vi que persigue activamente algún género de sendero espiritual- como el trabajo principal de su vida. Evidentemente, estos aspectos "tensionados" no son tan "malos" para los buscadores espirituales. Podríamos suponer que la energía generada por tales aspectos es necesaria para impulsar a un individuo a fin de que actúe sobre la base de sus inclinaciones espirituales y se empeñe con mayor esfuerzo en ese ámbito de la vida. C.E.O. Carter descubrió, de modo parecido, que estos aspectos con Neptuno son más indicativos de creatividad artística y progreso espiritual que los aspectos llamados "fáciles" con Neptuno. En su libro Los Aspectos Astrológicos, donde hay un encuadre de los aspectos que creo que contiene más gemas intuitivas que cualquier otro libro sobre el tema, Carter escribe lo siguiente respecto de los aspectos "inarmónicos" entre Venus y Neptuno: En algunos sentidos, éstos parecen conducir a resultados más claros que el trígono y el sextil, pues confieren un descontento divino, y una búsqueda constante e inquieta de un ideal que no es fácil de concretar en la tierra. Esto es particularmente así en asuntos de afectos. Los ideales son realmente muy altos, y puede haber una insatisfacción persistente tanto con cosas como con personas, que varia desde una actitud petulante o quisquillosa, hasta una aspiración noble y un esfuerzo persistente en busca de una realización más plena de las visiones interiores . ... Las combinaciones inarmónicas se encuentran con frecuencia en los horóscopos de grandes artistas. Aunque los aspectos buenos de estos dos planetas son naturalmente más favorables para la felicidad y las circunstancias fáciles, parece que, en lo que concierne a logro, carácter moral y aptitud artistica, los aspectos inarmónicos de ningún modo son inferiores a ellos; de hecho, pueden ser mejores en la medida en que pueden producir más energías (pág. 119). El "descontento divino" del que habla Carter se halla, en realidad, con frecuencia en quienes tienen casi todas las conjunciones, cuadraturas u oposiciones de Neptuno con los planetas personales o el Ascendente. Este descontento proviene del hecho de que Neptuno nos sensibiliza o armoniza con la realidad de las fuerzas invisibles e inmateriales de la vida. Cuando experimentamos que, de hecho, existe un plano más sutil y elevado del ser, que es accesible a la consciencia humana, es a menudo difícil vivir pacientemente una existencia mundana en un mundo material que cada vez más aparenta ser y se siente como una prisión. Me parece que la clave para formar una relación correcta con la fuerza neptuniana de nuestras vidas es comprender que ninguna satisfacción o liberación provendrá de nuestra búsqueda constante del ideal que anhelamos en el mundo externo, y que eso sólo llegará cuando aceptemos la responsabilidad (¡Saturno!) para que hagamos el ideal de nuestras vidas mediante nuestra creatividad y devoción. En otras palabras, hemos de volvemos hacia dentro, hemos de vivir el ideal a fin de hacerla real. Es inútil buscar siempre irrealístamente la situación perfecta, ya sea ésta el trabajo perfecto, el matrimonio ideal, o el hogar que es una pinturita con un hermoso escenario alrededor. Neptuno nos inclina a colgamos de cuadros o imágenes de perfección, hacia los que queremos luego correr para escapar del dolor de la vida diaria. Naturalmente, una persona muy sensible puede necesitar vivir en un medio ambiente o tener un tipo de trabajo que, por lo menos, no vacíe su energía mediante tensión constante. Pero insistir en que todo sea perfecto antes de que lo vivamos en plenitud, antes de que nos comprometamos a ello por completo, es una actitud que asegura que jamás sentiremos paz interior alguna. v
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viernes, 6 de agosto de 2010
Neptuno (primer parte)
Extracto del libro "Astrología, Karma y Transformación" de Stephen Arroyo
El planeta Neptuno simboliza una fuerza que está enteramente más allá de nuestro control, pues está más allá de los lindes de la razón o de algo comprensible para la mente lógica. El único modo en que Neptuno puede entenderse verdaderamente en su esencia es someterse a él; pues, por definición y función, está más allá de las fronteras. Sólo cuando nos fundimos con él -o sea, cuando nos volvemos sin fronteras- podremos conocerle. De allí que Neptuno se asocie con la mística, el misterio, un sentido de unidad, desarrollo espiritual e inspiración. También se dice que representa informalidad, ilusión, disolución, imaginación e idealismo. Para mí, el modo más útil de describir el significado esencial de Neptuno es decir que representa el deseo de perdemos en otro estado de consciencia (ya sea una consciencia "superior" o "inferior") y el deseo de escapar de toda limitación, tanto de las limitaciones de la existencia material y de su tedio como de las limitaciones de la personalidad y del ego. Naturalmente, podemos tratar de escapar a través de actividades autodestructivas o personalmente constructivas. Una persona neptuniana puede ser evasiva o escapista, o puede ser muy perceptiva de sutilezas y extremadamente compasiva (¡O una mezcla de ambas!). La experiencia de la "influencia" de Neptuno por parte de un individuo, simbolizada por las configuraciones natales, la posición de casas, y los tránsitos, se caracteriza a menudo por una sensación de confusión, de inseguridad, "de estar en el aire", y "en el espacio". Al menos es por esto que a menudo se percibe cuando el individuo está suficientemente "apoyado" como para poder mantener su equilibrio psíquico. Esta confusión resulta en parte de la actitud común que exige que toda nueva experiencia "encaje" prolijamente en nuestras categorías mentales preconcebidas. Sin embargo, no podremos lograr siempre poner fronteras a Neptuno. Lo que no tiene fronteras ni formas por su naturaleza misma, ¿cómo podrá ser introducido en nuestros limitados conceptos y estructuras vitales? En otras palabras, la confusión o el sentimiento de "estar vagando en el espacio" que tan a menudo se experimenta en relación con Neptuno se desarrolla principalmente cuando resistimos la desintegración y la disolución inevitables de alguna pauta de nuestra vida o de algún aspecto de nuestra personalidad. Este lado negativo de la manifestación de Neptuno es también mucho más patente, como ya se mencionó, cuando no estamos afirmados en el mundo- material. Podríamos decir que, a no ser que nos pongamos de acuerdo con las presiones, realidades y obligaciones de Saturno, no estamos suficientemente apoyados como para manejar lo intenso y lo destructivo de algún planeta traris-saturnino. En otras palabras, tenemos que recibir las intuiciones y la libertad de Urano y la inspiración y el idealismo de Neptuno y hacer/os reales bajando ese conocimiento a la tierra, poniendo a prueba esas lejanas inclinaciones, e incorporándolas a nuestra vida cotidiana. El fracaso en trabajar en esta integración interiormente con gran honradez y diligencia provocará a menudo una tremenda sensación de descontento o, en algunos casos, trastornos psicológicos que, a su tiempo, llevarán a una desintegración en gran escala de 'la personalidad. Un ejemplo excelente de la necesidad de que tengamos los pies plantados seguramente en la realidad práctica como un equilibrio complementario durante cualquier trabajo espiritual o psíquico se encuentra en la autobiografía de C.G. Jung, Recuerdos, Sueños, Reflexiones. En ese libro, Jung escribe cómo, cuando estaba experimentando la fase más intensa de su "confrontación con el inconsciente" -época durante la cual él se estaba encontrando y comunicando con numerosas figuras y seres arquetípicos- lo único que le llevó a través de esta transformación total en su consciencia fue el hecho de que siempre podía mirar hacia atrás y ver que tenía en el mundo un lugar seguro, junto con específicos deberes profesionales y familiares. Sin esa ancla sólida que le fijaba a la tierra, creía que fácilmente podría haber sido zarandeado y devastado psíquicamente como un barquito está totalmente desvalido en una tormenta en el océano. Podemos ver cuán posible y destructiva podrá ser tal devastación presenciando los resultados de los experimentos de muchas personas con drogas psicodélicas, que artificialmente obligaban a abrir los canales psíquicos a las intensas vibraciones que los trans-saturninos representan. Muchas de estas personas experimentaron realidades espirituales y psíquicas que cambiaron profundamente sus vidas; pero, en su mayoría por ser tan jóvenes y, por tanto, sin una base sólida en el mundo de las realidades prácticas y los deberes, tuvieron gran dificultad para integrar estas intuiciones profundas a sus personalidades todavía no formadas. La lucha para integrar tales vislumbres de realidades superiores en la estructura de la personalidad en desarrollo necesitaban una marcada transformación de la consciencia y del estilo de vida, que en muchos casos resultó ser, en última instancia, fructífera y creativa.' Pero llegar a la otra orilla, luego de ser zarandeado por las aguas del inconsciente colectivo, no fue una tarea fácil; y casi todos los que experimentaron extensamente con estas drogas pueden hablar de otros que saben que nunca llegaron al otro lado y que, tras muchos años de esfuerzo, todavía tratan de hallar algo estable que aferrar para apoyarse. En cualquier mapa natal, el factor simbolizado por un planeta en estrecho aspecto con Neptuno está muy sensibilizado y depurado. Esta sensibilidad se manifiesta a menudo como una susceptibilidad a la ilusión, al autdengaño, a la confusión, o incluso a la desintegración en esa dimensión de la vida; pues Neptuno inclina a la persona hacia un conocimiento irrealista o a una fantasía acerca del ámbito particular de la vida. Pero estos mismos problemas pueden llevar al individuo a una búsqueda fructífera de una solución. Durante esta búsqueda de respuestas, cuando la persona llega a saber que, de hecho, está aprendiendo acerca de una realidad superior mediante la experiencia de la desilusión, un aspecto de Neptuno puede indicar entonces una idealización práctica y positiva, y, realmente, una espiritualización del factor indicado. La significación de Neptuno en nuestra búsqueda espiritual la explicamos más en el Capítulo VI; pero, puesto que es raro que se la entienda adecuadamente y se la explique con claridad en los textos astrológicos, deben mencionarse aquí un par de cosas. Hemos dicho que Neptuno disuelve las viejas y muy ordenadas pautas de la consciencia. Así, tomamos consciencia de las limitaciones de nuestras percepciones habituales y del hecho de que existe algo mayor y más vasto que lo que habíamos presumido. Esta intervención en nuestras vidas de un "algo" más unificado (por insustancial que sea) algunas personas la reciben como un profundo misterio espiritual o como un acto de "gracia". Personalmente, descubrí que Neptuno está en conjunción, cuadratura u oposición (los llamados aspectos "malos") con los planetas personales o con el Ascendente en el mapa de todo individuo que vi que persigue activamente algún género de sendero espiritual- como el trabajo principal de su vida. Evidentemente, estos aspectos "tensionados" no son tan "malos" para los buscadores espirituales. Podríamos suponer que la energía generada por tales aspectos es necesaria para impulsar a un individuo a fin de que actúe sobre la base de sus inclinaciones espirituales y se empeñe con mayor esfuerzo en ese ámbito de la vida. C.E.O. Carter descubrió, de modo parecido, que estos aspectos con Neptuno son más indicativos de creatividad artística y progreso espiritual que los aspectos llamados "fáciles" con Neptuno. En su libro Los Aspectos Astrológicos, donde hay un encuadre de los aspectos que creo que contiene más gemas intuitivas que cualquier otro libro sobre el tema, Carter escribe lo siguiente respecto de los aspectos "inarmónicos" entre Venus y Neptuno: En algunos sentidos, éstos parecen conducir a resultados más claros que el trígono y el sextil, pues confieren un descontento divino, y una búsqueda constante e inquieta de un ideal que no es fácil de concretar en la tierra. Esto es particularmente así en asuntos de afectos. Los ideales son realmente muy altos, y puede haber una insatisfacción persistente tanto con cosas como con personas, que varia desde una actitud petulante o quisquillosa, hasta una aspiración noble y un esfuerzo persistente en busca de una realización más plena de las visiones interiores . ... Las combinaciones inarmónicas se encuentran con frecuencia en los horóscopos de grandes artistas. Aunque los aspectos buenos de estos dos planetas son naturalmente más favorables para la felicidad y las circunstancias fáciles, parece que, en lo que concierne a logro, carácter moral y aptitud artistica, los aspectos inarmónicos de ningún modo son inferiores a ellos; de hecho, pueden ser mejores en la medida en que pueden producir más energías (pág. 119). El "descontento divino" del que habla Carter se halla, en realidad, con frecuencia en quienes tienen casi todas las conjunciones, cuadraturas u oposiciones de Neptuno con los planetas personales o el Ascendente. Este descontento proviene del hecho de que Neptuno nos sensibiliza o armoniza con la realidad de las fuerzas invisibles e inmateriales de la vida. Cuando experimentamos que, de hecho, existe un plano más sutil y elevado del ser, que es accesible a la consciencia humana, es a menudo difícil vivir pacientemente una existencia mundana en un mundo material que cada vez más aparenta ser y se siente como una prisión. Me parece que la clave para formar una relación correcta con la fuerza neptuniana de nuestras vidas es comprender que ninguna satisfacción o liberación provendrá de nuestra búsqueda constante del ideal que anhelamos en el mundo externo, y que eso sólo llegará cuando aceptemos la responsabilidad (¡Saturno!) para que hagamos el ideal de nuestras vidas mediante nuestra creatividad y devoción. En otras palabras, hemos de volvemos hacia dentro, hemos de vivir el ideal a fin de hacerla real. Es inútil buscar siempre irrealístamente la situación perfecta, ya sea ésta el trabajo perfecto, el matrimonio ideal, o el hogar que es una pinturita con un hermoso escenario alrededor. Neptuno nos inclina a colgamos de cuadros o imágenes de perfección, hacia los que queremos luego correr para escapar del dolor de la vida diaria. Naturalmente, una persona muy sensible puede necesitar vivir en un medio ambiente o tener un tipo de trabajo que, por lo menos, no vacíe su energía mediante tensión constante. Pero insistir en que todo sea perfecto antes de que lo vivamos en plenitud, antes de que nos comprometamos a ello por completo, es una actitud que asegura que jamás sentiremos paz interior alguna. v
El planeta Neptuno simboliza una fuerza que está enteramente más allá de nuestro control, pues está más allá de los lindes de la razón o de algo comprensible para la mente lógica. El único modo en que Neptuno puede entenderse verdaderamente en su esencia es someterse a él; pues, por definición y función, está más allá de las fronteras. Sólo cuando nos fundimos con él -o sea, cuando nos volvemos sin fronteras- podremos conocerle. De allí que Neptuno se asocie con la mística, el misterio, un sentido de unidad, desarrollo espiritual e inspiración. También se dice que representa informalidad, ilusión, disolución, imaginación e idealismo. Para mí, el modo más útil de describir el significado esencial de Neptuno es decir que representa el deseo de perdemos en otro estado de consciencia (ya sea una consciencia "superior" o "inferior") y el deseo de escapar de toda limitación, tanto de las limitaciones de la existencia material y de su tedio como de las limitaciones de la personalidad y del ego. Naturalmente, podemos tratar de escapar a través de actividades autodestructivas o personalmente constructivas. Una persona neptuniana puede ser evasiva o escapista, o puede ser muy perceptiva de sutilezas y extremadamente compasiva (¡O una mezcla de ambas!). La experiencia de la "influencia" de Neptuno por parte de un individuo, simbolizada por las configuraciones natales, la posición de casas, y los tránsitos, se caracteriza a menudo por una sensación de confusión, de inseguridad, "de estar en el aire", y "en el espacio". Al menos es por esto que a menudo se percibe cuando el individuo está suficientemente "apoyado" como para poder mantener su equilibrio psíquico. Esta confusión resulta en parte de la actitud común que exige que toda nueva experiencia "encaje" prolijamente en nuestras categorías mentales preconcebidas. Sin embargo, no podremos lograr siempre poner fronteras a Neptuno. Lo que no tiene fronteras ni formas por su naturaleza misma, ¿cómo podrá ser introducido en nuestros limitados conceptos y estructuras vitales? En otras palabras, la confusión o el sentimiento de "estar vagando en el espacio" que tan a menudo se experimenta en relación con Neptuno se desarrolla principalmente cuando resistimos la desintegración y la disolución inevitables de alguna pauta de nuestra vida o de algún aspecto de nuestra personalidad. Este lado negativo de la manifestación de Neptuno es también mucho más patente, como ya se mencionó, cuando no estamos afirmados en el mundo- material. Podríamos decir que, a no ser que nos pongamos de acuerdo con las presiones, realidades y obligaciones de Saturno, no estamos suficientemente apoyados como para manejar lo intenso y lo destructivo de algún planeta traris-saturnino. En otras palabras, tenemos que recibir las intuiciones y la libertad de Urano y la inspiración y el idealismo de Neptuno y hacer/os reales bajando ese conocimiento a la tierra, poniendo a prueba esas lejanas inclinaciones, e incorporándolas a nuestra vida cotidiana. El fracaso en trabajar en esta integración interiormente con gran honradez y diligencia provocará a menudo una tremenda sensación de descontento o, en algunos casos, trastornos psicológicos que, a su tiempo, llevarán a una desintegración en gran escala de 'la personalidad. Un ejemplo excelente de la necesidad de que tengamos los pies plantados seguramente en la realidad práctica como un equilibrio complementario durante cualquier trabajo espiritual o psíquico se encuentra en la autobiografía de C.G. Jung, Recuerdos, Sueños, Reflexiones. En ese libro, Jung escribe cómo, cuando estaba experimentando la fase más intensa de su "confrontación con el inconsciente" -época durante la cual él se estaba encontrando y comunicando con numerosas figuras y seres arquetípicos- lo único que le llevó a través de esta transformación total en su consciencia fue el hecho de que siempre podía mirar hacia atrás y ver que tenía en el mundo un lugar seguro, junto con específicos deberes profesionales y familiares. Sin esa ancla sólida que le fijaba a la tierra, creía que fácilmente podría haber sido zarandeado y devastado psíquicamente como un barquito está totalmente desvalido en una tormenta en el océano. Podemos ver cuán posible y destructiva podrá ser tal devastación presenciando los resultados de los experimentos de muchas personas con drogas psicodélicas, que artificialmente obligaban a abrir los canales psíquicos a las intensas vibraciones que los trans-saturninos representan. Muchas de estas personas experimentaron realidades espirituales y psíquicas que cambiaron profundamente sus vidas; pero, en su mayoría por ser tan jóvenes y, por tanto, sin una base sólida en el mundo de las realidades prácticas y los deberes, tuvieron gran dificultad para integrar estas intuiciones profundas a sus personalidades todavía no formadas. La lucha para integrar tales vislumbres de realidades superiores en la estructura de la personalidad en desarrollo necesitaban una marcada transformación de la consciencia y del estilo de vida, que en muchos casos resultó ser, en última instancia, fructífera y creativa.' Pero llegar a la otra orilla, luego de ser zarandeado por las aguas del inconsciente colectivo, no fue una tarea fácil; y casi todos los que experimentaron extensamente con estas drogas pueden hablar de otros que saben que nunca llegaron al otro lado y que, tras muchos años de esfuerzo, todavía tratan de hallar algo estable que aferrar para apoyarse. En cualquier mapa natal, el factor simbolizado por un planeta en estrecho aspecto con Neptuno está muy sensibilizado y depurado. Esta sensibilidad se manifiesta a menudo como una susceptibilidad a la ilusión, al autdengaño, a la confusión, o incluso a la desintegración en esa dimensión de la vida; pues Neptuno inclina a la persona hacia un conocimiento irrealista o a una fantasía acerca del ámbito particular de la vida. Pero estos mismos problemas pueden llevar al individuo a una búsqueda fructífera de una solución. Durante esta búsqueda de respuestas, cuando la persona llega a saber que, de hecho, está aprendiendo acerca de una realidad superior mediante la experiencia de la desilusión, un aspecto de Neptuno puede indicar entonces una idealización práctica y positiva, y, realmente, una espiritualización del factor indicado. La significación de Neptuno en nuestra búsqueda espiritual la explicamos más en el Capítulo VI; pero, puesto que es raro que se la entienda adecuadamente y se la explique con claridad en los textos astrológicos, deben mencionarse aquí un par de cosas. Hemos dicho que Neptuno disuelve las viejas y muy ordenadas pautas de la consciencia. Así, tomamos consciencia de las limitaciones de nuestras percepciones habituales y del hecho de que existe algo mayor y más vasto que lo que habíamos presumido. Esta intervención en nuestras vidas de un "algo" más unificado (por insustancial que sea) algunas personas la reciben como un profundo misterio espiritual o como un acto de "gracia". Personalmente, descubrí que Neptuno está en conjunción, cuadratura u oposición (los llamados aspectos "malos") con los planetas personales o con el Ascendente en el mapa de todo individuo que vi que persigue activamente algún género de sendero espiritual- como el trabajo principal de su vida. Evidentemente, estos aspectos "tensionados" no son tan "malos" para los buscadores espirituales. Podríamos suponer que la energía generada por tales aspectos es necesaria para impulsar a un individuo a fin de que actúe sobre la base de sus inclinaciones espirituales y se empeñe con mayor esfuerzo en ese ámbito de la vida. C.E.O. Carter descubrió, de modo parecido, que estos aspectos con Neptuno son más indicativos de creatividad artística y progreso espiritual que los aspectos llamados "fáciles" con Neptuno. En su libro Los Aspectos Astrológicos, donde hay un encuadre de los aspectos que creo que contiene más gemas intuitivas que cualquier otro libro sobre el tema, Carter escribe lo siguiente respecto de los aspectos "inarmónicos" entre Venus y Neptuno: En algunos sentidos, éstos parecen conducir a resultados más claros que el trígono y el sextil, pues confieren un descontento divino, y una búsqueda constante e inquieta de un ideal que no es fácil de concretar en la tierra. Esto es particularmente así en asuntos de afectos. Los ideales son realmente muy altos, y puede haber una insatisfacción persistente tanto con cosas como con personas, que varia desde una actitud petulante o quisquillosa, hasta una aspiración noble y un esfuerzo persistente en busca de una realización más plena de las visiones interiores . ... Las combinaciones inarmónicas se encuentran con frecuencia en los horóscopos de grandes artistas. Aunque los aspectos buenos de estos dos planetas son naturalmente más favorables para la felicidad y las circunstancias fáciles, parece que, en lo que concierne a logro, carácter moral y aptitud artistica, los aspectos inarmónicos de ningún modo son inferiores a ellos; de hecho, pueden ser mejores en la medida en que pueden producir más energías (pág. 119). El "descontento divino" del que habla Carter se halla, en realidad, con frecuencia en quienes tienen casi todas las conjunciones, cuadraturas u oposiciones de Neptuno con los planetas personales o el Ascendente. Este descontento proviene del hecho de que Neptuno nos sensibiliza o armoniza con la realidad de las fuerzas invisibles e inmateriales de la vida. Cuando experimentamos que, de hecho, existe un plano más sutil y elevado del ser, que es accesible a la consciencia humana, es a menudo difícil vivir pacientemente una existencia mundana en un mundo material que cada vez más aparenta ser y se siente como una prisión. Me parece que la clave para formar una relación correcta con la fuerza neptuniana de nuestras vidas es comprender que ninguna satisfacción o liberación provendrá de nuestra búsqueda constante del ideal que anhelamos en el mundo externo, y que eso sólo llegará cuando aceptemos la responsabilidad (¡Saturno!) para que hagamos el ideal de nuestras vidas mediante nuestra creatividad y devoción. En otras palabras, hemos de volvemos hacia dentro, hemos de vivir el ideal a fin de hacerla real. Es inútil buscar siempre irrealístamente la situación perfecta, ya sea ésta el trabajo perfecto, el matrimonio ideal, o el hogar que es una pinturita con un hermoso escenario alrededor. Neptuno nos inclina a colgamos de cuadros o imágenes de perfección, hacia los que queremos luego correr para escapar del dolor de la vida diaria. Naturalmente, una persona muy sensible puede necesitar vivir en un medio ambiente o tener un tipo de trabajo que, por lo menos, no vacíe su energía mediante tensión constante. Pero insistir en que todo sea perfecto antes de que lo vivamos en plenitud, antes de que nos comprometamos a ello por completo, es una actitud que asegura que jamás sentiremos paz interior alguna. v
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