La pulsión creativa, como un fuego
"Soy campeón del mundo de un juego que nadie conoce todavía: el panajedrez; soy maestro de una escritura que nadie lee todavía; soy creador de una técnica, de una grafía musical que permitirá que el estudio de piano, sea posible en la tercera parte del tiempo que hoy lleva estudiarlo. Soy director de un teatro que todavía no funciona. Soy el creador de un idioma universal: la panlengua, sobre bases numéricas y astrológicas, que contribuirá a que los pueblos se conozcan mejor. Soy creador de doce técnicas pictóricas, algunas de índole surrealista y otras que llevan al lienzo el mundo sensorio, emocional que produce la escucha de una audición musical."
(Xul Solar, en El Mundo Argentino)
(Xul Solar, en El Mundo Argentino)
Alejandro Xul Solar (Oscar Agustín Alejandro Schulz Solari), nació en San Fernando, Buenos Aires, el 14 de diciembre de 1887 y murió en el Tigre el 9 de abril de 1963. Su declaración sobre sí mismo da cuenta de su singular personalidad, y su genialidad como ser hacedor. Una persona con una fuerza inventiva brillante, que ha generado y creado cosas continuamente, como un fuego incesante. A los 25 años viajó al Tibet con la intención de ser monje, pero decidió desembarcar en Londres y quedarse en Europa durante 12 años junto a su madre y su tía. Allí viajó por diferentes ciudades, como Turín, París, Génova, Zoagli, Florencia, donde conoció al pintor argentino Emilio Petorutti. A partir de ese encuentro cambió su nombre por Xul Solar (luz del sol). Aquel viaje lo conectó con las corrientes artísticas modernistas, principalmente el expresionismo, que lo marcó, de la mano de Kandinsky, Klee, Marc. La premisa de aquel movimiento era la expresión de lo más íntimo del ser humano, mediante colores y formas expresar una realidad que surge de las entrañas, que se plasma como un grito exteriorizado en la representación. Allí se dedico a pintar y publicó varias obras.
A su regreso de Europa, participó activamente de la renovación estética propuesta por el grupo editor del periódico Martín Fierro (1924-1927). Amigo de Jorge Luis Borges, ilustró varios de sus libros y colaboró en varios de sus emprendimientos editoriales como la Revista Multicolor de los Sábados y Destiempo. El mismo Borges lo define como "un hombre versado en todas las disciplinas, curioso de los arcanos, padre de escrituras, de lenguajes, de utopías, de mitología, panajedrecista y astrólogo, perfecto en la indulgente ironía y en la generosa amistad".
De las pinturas de Xul Solar puede decirse que parecen salir del mundo onírico, llenas de simbología. El tiempo y el espacio se confunden, y en ocasiones las figuras aparecen como flotando. En sus pequeños cuadros, los colores y los trazos se hacen símbolos: la cruz, las escaleras, los altares, imágenes de tarot, signos astrológicos, esvásticas. Dragones, banderas, serpientes. Así es el mundo Solar de Xul. Su pintura también tiene elementos del surrealismo, por sus figuras oníricas, lo místico y lo fantástico, pero no respecto de la creación automática, ya que manejaba una simbología trabajada.
Hombre estudioso y de vasta cultura, -conocedor de siete idiomas-, ha tenido además gran profundidad espiritual: se interesó en las ciencias ocultas, los mitos antiguos, la astrología, el cabalismo. Recreo mundos en sus pinturas, mundos misteriosos, llenos de señales. Un universo tan extraño, aparentemente tan lejano de lo real, un mundo ficticio, pero -sorpresivamente- tan cercano a la humanidad y su existencia misteriosa.
Pero el genio de Xul no sólo se expresó mediante la pintura. También inventó un panajedrez; una panlengua; una recreación del español, el neocriollismo, con palabras, sílabas, raíces de las dos lenguas dominantes: el castellano y el portugués; un tipo de teatro de títeres para adultos. El panajedrez, panjuego, o ajedrez criollo, se diferencia del ajedrez convencional por su cantidad de casillas. Posee 13 en lugar de las ochos habituales. La cantidad de piezas son 60, en lugar de 32, con 30 correspondientes a cada jugador. Las casillas se correlacionan con el tiempo, y las constelaciones y signos zodiacales. La partida se comenzaba fuera del tablero. La anotación de las jugadas puede generar palabras, motivos musicales y pictóricos. El juego así no sólo admite las combinaciones de movimientos sin fin, también permite estimular la creación musical y pictórica.
Xul Solar concibió una interpretación astrológica universal, por cuyo intermedio había establecido una correspondencia -oculta, aunque segura- entre el cosmos y el hombre, capaz de reconciliar a lo infinito y lo finito, el artista basa todos sus inventos e investigaciones en la astrología. La concibe como una clasificación y explicación del mundo. Por este motivo, es importante para él trabajar sobre los doce signos del zodíaco, cuáles son, cómo se representan, cuál es su origen, etc.
En cada una de sus expresiones artísticas ha dejado marcas claras de sus profundas creencias astrológicas. Su visión del universo, su arte, está regida por los cielos, los astros, la naturaleza, por la conciencia del hombre en un mundo en conexión con el cosmos. La mente humana, el pensamiento, el lenguaje, atravesados por el universo, por el giro de los planetas, por ese movimiento tan sutil e inalcanzable para nuestros sentidos.
Hoy en día, si bien Xul ha dejado de existir físicamente, toda su obra artística se encuentra en su propio museo, ubicado en Palermo, ciudad de Buenos Aires.
Web del museo: www.xulsolar.org.ar
A su regreso de Europa, participó activamente de la renovación estética propuesta por el grupo editor del periódico Martín Fierro (1924-1927). Amigo de Jorge Luis Borges, ilustró varios de sus libros y colaboró en varios de sus emprendimientos editoriales como la Revista Multicolor de los Sábados y Destiempo. El mismo Borges lo define como "un hombre versado en todas las disciplinas, curioso de los arcanos, padre de escrituras, de lenguajes, de utopías, de mitología, panajedrecista y astrólogo, perfecto en la indulgente ironía y en la generosa amistad".
De las pinturas de Xul Solar puede decirse que parecen salir del mundo onírico, llenas de simbología. El tiempo y el espacio se confunden, y en ocasiones las figuras aparecen como flotando. En sus pequeños cuadros, los colores y los trazos se hacen símbolos: la cruz, las escaleras, los altares, imágenes de tarot, signos astrológicos, esvásticas. Dragones, banderas, serpientes. Así es el mundo Solar de Xul. Su pintura también tiene elementos del surrealismo, por sus figuras oníricas, lo místico y lo fantástico, pero no respecto de la creación automática, ya que manejaba una simbología trabajada.
Hombre estudioso y de vasta cultura, -conocedor de siete idiomas-, ha tenido además gran profundidad espiritual: se interesó en las ciencias ocultas, los mitos antiguos, la astrología, el cabalismo. Recreo mundos en sus pinturas, mundos misteriosos, llenos de señales. Un universo tan extraño, aparentemente tan lejano de lo real, un mundo ficticio, pero -sorpresivamente- tan cercano a la humanidad y su existencia misteriosa.
Pero el genio de Xul no sólo se expresó mediante la pintura. También inventó un panajedrez; una panlengua; una recreación del español, el neocriollismo, con palabras, sílabas, raíces de las dos lenguas dominantes: el castellano y el portugués; un tipo de teatro de títeres para adultos. El panajedrez, panjuego, o ajedrez criollo, se diferencia del ajedrez convencional por su cantidad de casillas. Posee 13 en lugar de las ochos habituales. La cantidad de piezas son 60, en lugar de 32, con 30 correspondientes a cada jugador. Las casillas se correlacionan con el tiempo, y las constelaciones y signos zodiacales. La partida se comenzaba fuera del tablero. La anotación de las jugadas puede generar palabras, motivos musicales y pictóricos. El juego así no sólo admite las combinaciones de movimientos sin fin, también permite estimular la creación musical y pictórica.
Xul Solar concibió una interpretación astrológica universal, por cuyo intermedio había establecido una correspondencia -oculta, aunque segura- entre el cosmos y el hombre, capaz de reconciliar a lo infinito y lo finito, el artista basa todos sus inventos e investigaciones en la astrología. La concibe como una clasificación y explicación del mundo. Por este motivo, es importante para él trabajar sobre los doce signos del zodíaco, cuáles son, cómo se representan, cuál es su origen, etc.
En cada una de sus expresiones artísticas ha dejado marcas claras de sus profundas creencias astrológicas. Su visión del universo, su arte, está regida por los cielos, los astros, la naturaleza, por la conciencia del hombre en un mundo en conexión con el cosmos. La mente humana, el pensamiento, el lenguaje, atravesados por el universo, por el giro de los planetas, por ese movimiento tan sutil e inalcanzable para nuestros sentidos.
Hoy en día, si bien Xul ha dejado de existir físicamente, toda su obra artística se encuentra en su propio museo, ubicado en Palermo, ciudad de Buenos Aires.
Web del museo: www.xulsolar.org.ar
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