Una de las características
edilicias de los templos masones y de otras construcciones en las que puede
advertirse, han participado sus logias, son los pisos cuadriculados. Esta cuadricula de dos colores, el blanco y el
negro, es una representación del bien y
del mal. Los masones ubican ésta cuadricula en el suelo, justamente porque
ellos deben saber “caminar sobre” los dominios de esta dualidad, o sea, lograr
dominarla a lo largo de su vida.
Cuando hablamos del bien y del mal, hablamos en realidad de la
dualidad que se nos presenta a todos los seres humanos en el mundo material.
Cuando nos referimos a la interacción entre el bien y el mal, nos referimos
también a la interacción entre la luz y la sombra, los polos positivos y
negativos de un mismo objeto, la felicidad y la tristeza, la euforia y la
depresión, etc.
Estas energías que se nos
presentan durante toda nuestra vida en la tierra nos gobiernan generalmente
mediante las emociones. Son ellas las que tienen un gran poder en nosotros y
las que suelen dictar nuestros actos, nuestras elecciones y hasta la lógica de
nuestras reflexiones.
Es la representación de este
suelo un recordatorio para todo Iniciado Mason, de que debe aprender a
gobernar con conocimiento el mundo dual de las emociones por el que los hombres
“ordinarios” son gobernados.
Es curioso saber observar como
los seres humanos nos vemos gobernados casi totalmente por la lógica de las
emociones, como ésta fuerza ha sabido mover más multitudes que ninguna otra. El
poder de las emociones es un arma para cualquier mente astuta, esto puede verse
a diferentes niveles, desde el mas insignificante, hasta el mas magnifico que
cada uno pueda percibir. Podemos decir entonces que las emociones son fuerzas
que bien canalizadas por uno, pueden transformar en instrumentos de éste a
otros. Partiendo de ésta premisa, podemos asegurar que las emociones son una
gran fuerza de sometimiento y de maleamiento del ser.
En todos los altares
ceremoniales masones, donde se llevan a cabo sus rituales, el suelo debe
ser si o si un mosaico cuadriculado. Este mosaico, como habíamos dicho, tiene
una carga esotérica muy grande, cuando un Mason es elevado, por ejemplo, al
grado de aprendiz, debe hacerlo pisando éste suelo, demostrando que su
intención es la de pisotear la realidad dual y material del bien y del mal,
gobernar y dominar con disciplinas y conocimientos esta gran fuerza de las
emociones, que gobierna nuestros actos y que da forma a nuestras acciones y
reflexiones. Descubriendo y conociendo el poder que ésta fuerza tiene sobre él
y sobre todos los demás seres humanos, el podrá ir disciplinándose con el fin
lograr manejar y descubrir el universo oculto detrás del velo de las emociones,
que dibuja una gran superficie dual a la que
llamamos realidad o verdad.
Estas logias que durante tanto
tiempo se han mantenido en secreto, guardan, como podemos notar, mucha
sabiduría en sus símbolos. Analizándolos nos podremos encontrar muchas veces
con conceptos interesantes para cualquiera que esté en busca del entendimiento,
de la verdad y de la emancipación humanas.
Alester Yodtetmem